Abstract
El ser humano descubre en su ser, y en las experiencias que vive, un impulso, una tensión hacia algo que está más allá de sí mismo y de lo que el mundo puede darle. Este impulso, esta tensión, es una vía que lo puede conducir al descubrimiento de Dios; al menos a reconocer en su ser una apertura hacia la trascendencia. Razón tenía Pedro López García199 cuando, en un congreso sobre la fe, en la Diócesis de Albacete (España), se preguntaba por cómo todos los indicios se concentran en el drama de la finitud que vive el ser humano.
978-958-764-777-8 (versión digital)
Nihilismo
Nietzsche, Friedrich, 1844-1900 – Crítica e interpretación