Abstract
Existe una búsqueda constante de energía: cada célula, tejido, ser, bioma, ecosistema, necesita ese regalo que nuestra amada estrella tipo G, nos entrega desde hace 4600 millones de años.
Toda forma de energía presente en el planeta se deriva de las estrellas, aquellas que con su fusión nuclear nos ceden aquello que hace posible la vida, y el flujo de los procesos en los diversos ecosistemas terrestres.