Abstract
El presente artículo hace un análisis crítico sobre el devenir del espacio doméstico, entendido como un campo de significaciones trascendentes que superan el ámbito físico y espacial geométrico - arquitectónico, en los últimos cincuenta años, vinculando la noción artística de la arquitectura a la producción artística plástica y visual. A partir de la confrontación del espacio mental con el universo arquitectónico, se plantea una serie de observaciones para enriquecer el futuro de la vivienda como receptora de lo íntimo.