Abstract
A finales de la década de 1960 se hacía cada vez más notoria la carencia de espacios en los que la población medellinense pudiera dar sepultura a sus allegados. Frente a esta problemática, tanto el municipio como la Curia arquidiocesana mostraron gran interés en encontrar una pronta solución, por lo cual comenzaron a planear la construcción de un nuevo cementerio.