El ejercicio de ciudadanía: una apuesta por el bienestar colectivo

Abstract

El concepto de ciudadanía ha llamado la atención de múltiples autores desde diferentes perspectivas (Alva, 2020; Arcos & Valentín, 2020; Aztaíza, Castillo, Rojas, Mazorco & Prieto, 2020; Medrana, Torres, Romero & Caluguillin, 2020; Mendes, 2016). Se esperaría que de tal producción académica se lograra lo que Giraldo (2015) reconoce como “la realización efectiva de una forma de vida y de convivencia entre los seres humanos” (p.76). No obstante, en el transcurrir cotidiano del ciudadano se habla tanto del vocablo que se ha vuelto, incluso, un argumento corriente para muchos. Tales afirmaciones invitan a la realización de análisis que vinculen la noción de ciudadanía con elementos de interés público, tal es el caso del bienestar que, en palabras de Blanco y Díaz (2005) se reconoce como un constructo eminentemente social. Su tratamiento ha de ser integral porque “construir el bienestar como si fuese estrictamente psicológico sería equiparable a hablar de almas sin cuerpo, en tanto que definirlo como estrictamente comunitario sería equivalente a hablar de culturas sin gente” (Prilleltensky, 2008, p.18).