Abstract
El Nuevo Orden Internacional, con su creciente globalización en interdependencia económica, posibilita la incorporación de ideas y valores dominantes en las más diversas culturas, por la capacidad de penetración y de propaganda y por los medios de que se dispone. De ese modo, se habla hoy, también, de una geocultura. En el artículo se analiza el modo como se hace posible controlar, convirtiéndola en un sofisticado medio de dominación y expresión, de una especie de geopolítica virtual, en la cual se disputa el control del poder y el liderazgo mundial, terreno en el que los Estados Unidos poseen una innegable ventaja.