Resumen
Los procesos de internacionalización, frecuentemente, son confundidos en numerosas empresas con acciones de comercio exterior y, por lo tanto, se limita la actividad internacional a gestiones encaminadas, básicamente, hacia el fomento de importaciones y exportaciones, bien sea a través de la creación de portafolios de productos exportables, búsqueda de nichos de mercado, o hacia la búsqueda de oportunidades de negocio para comercializar bienes y servicios originados en otros países. Esto surge de una perspectiva tradicional de aproximación al estudio de la internacionalización como un fenómeno macroeconómico y no desde el nivel microeconómico (Madsen, 2005; Bilkey, 1978; Camisón, 2007).