Islam. Perspectivas contemporáneas

Después de la Segunda Guerra Mundial, las migraciones masivas, como efecto de la mundialización de la economía y la reconstrucción de Europa, posibilitaron que millones de ciudadanos de Oriente y África, muchos de ellos de religión musulmana, llegaran a las grandes economías mundiales a participar de sus procesos de desarrollo. Economía, cultura y política empezaron a unirse en un diálogo multicultural que tuvo buenos créditos cuando los países del llamado primer mundo tuvieron abundancia económica. La geografía humana europea y americana vivió cambios en la gastronomía, la población, la cultura y la religión con la llegada de los musulmanes, quienes aportaron sus diferentes costumbres y tradiciones, en un intercambio que enriqueció a todas las partes. Hoy, 60 años después, millones de musulmanes nacidos en dichas potencias viven, hablan y hacen parte del tejido social, económico y político de Occidente. Son ciudadanos que gozan de los mismos derechos que las personas pertenecientes a la cultura hegemónica. Luego del trasegar de varias generaciones, los musulmanes han dejado su trabajo y su vida misma para aumentar la calidad de vida de muchas naciones occidentales. Desconocer la importancia y el papel jugado por los ciudadanos musulmanes en la configuración del desarrollo de Europa y EE. UU. en la segunda mitad del siglo XX y en las primeras décadas del siglo XXI, sería faltar a una verdad histórica que aparece en las manifestaciones multiculturales del Occidente actual.