De la geometría Miguelangelesca hacia una epistemología de la estética de la espiritualidad

La obra de Miguel Ángel es una obra compleja en cuanto, superando la mera técnica, se convierte en un constructo compuesto de crisis moral, social, por tanto política; es decir, amalgama aspectos socio-históricos de índole moral que la transforman en un instrumento contentivo de un reclamo espiritual que trasciende la propia época de su gestación y se actualiza sorprendentemente en este presente histórico, donde se hace evidente su vigencia. La obra miguelangelesca en su consideración de vehículo de denuncia y reclamo social con pretensiones formativas hace posible que, a partir de la hermenéutica como método investigativo se pueda develar una intención epistemológica que, apoyada en una metodología reconstructiva e interpretativa y el uso de un procedimiento iconográfico y semiótico, permita dotar de sustentos conclusivos la existencia de una intención por parte del gran maestro renacentista constitutiva de una estética con profundos fundamentos espirituales. El anterior ejercicio de investigación hizo necesario, a partir de la aproximación crítica a conceptos teóricos, paradigmas ideológicos, políticos, institucionales y doctrinales, fundamentalmente eclesiales, revisar, en primera instancia, el pensamiento ecléctico del magno maestro en tanto establece relaciones directas de conexidad con la antigüedad grecorromana, el escolasticismo medieval y su presente renacentista, en su acepción de regreso atrás en aras de progresar como una condición de mejoramiento personal, en segunda, construir conceptual, correlacional y comprensivamente una teoría sincrética de estética que, certificando el uso de la geometría, haga visible un procedimiento epistemológico que, con fuertes fundamentos morales, aspira a un progreso social, abarcante y colectivo que, actualizándose, valida su vigencia. La obra de Miguel Ángel, yace fundada en ideas estéticas, principios filosóficos y valores morales, entre los que se cotejan, la idea de belleza, de bien, de mal, el concepto de proporción, de luz, de libre arbitrio divino, de compromiso misional de índole espiritual que, al interior de una estética de la espiritualidad puede llegar a contribuir a un mejoramiento personal y colectivo garante de vida buena o como lo nombran algunos buen vivir con aspiraciones de ser perdurable en el tiempo.