dc.description.abstract | Me enorgullece presentar a los lectores la edición príncipe —y además prima versión hispánica— del opúsculo epidíctico de Hegesías el cirenaico intitulado Ídolo o de la reputación, publicado bajo la colección especial Vademécum, perteneciente a la línea de Estudios filológicos de las Ediciones Universidad de Salamanca. Pese al feliz hallazgo del tratado, del filósofo Hegesías de Cirene aún poco sabemos. Fueron Diógenes Laercio y Marco Tulio Cicerón quienes transmitieron su nombre, obras y juicios. Es referido en las listas de cirenaicos casi como una consecuencia soslayable del pensamiento de Aristipo, fundador de la escuela cirenaica. Nacido alrededor del año 300 a.C.,
Hegesías fue discípulo de la escuela cirenaica y aprendió sus preceptos de Parebates. Evidenció el fracaso de los postulados fundamentales del hedonismo aristipeo al sostener que la felicidad era absolutamente imposible, la sabiduría rarísima, los placeres parvos y los dolores inminentes. Edujo que el conocimiento es incierto y se estriba en una acumulación de convenciones, ilusiones y pretensiones. Atacó las deontologías y les endilgó la causa del sufrimiento. Aducía que a la muerte podía considerársela, si no placentera —pues nadie habría para gozar de ella—, al menos redentora del lío eludible de la existencia. Su predilección por la extinción le valió el apelativo de peisithánatos, persuasor de la muerte. También tenemos noticia de que el rey epígono Ptolomeo II Filadelfo de Alejandría lo proscribió, prohibió sus obras y condenó sus enseñanzas por desestabilizar la sociedad, por convencer de la inanidad de la vida, por estimular —y quizás asistir— suicidios y por desalentar la procreación. | spa |